San Cemento 2017
La forma en que se usa el espacio público, más concretamente los jardines de la UCM, por gran parte de los jóvenes, la manera de relacionarse y divertirse ligada a cualquier actividad de consumo, genera cantidades desorbitadas de residuos. La actividad social más económica ligada al consumo, supone para la Universidad un gasto muy elevado, alrededor de 150.000€ de media, un coste que no tiene relación con la actividad docente, investigadora y cultural que desarrolla.
Para muchos, la universidad es como su segunda casa, un sitio para pasar el rato entre amigos fuera de clase, conocer gente nueva, disfrutar de sus preciosos espacios abiertos, jugar a cualquier cosa, asistir a exposiciones, conferencias… un lugar donde se “cocina” un futuro próximo que sentará las bases ahora.
Con la llegada del buen tiempo se convocan numerosas fiestas sin necesidad de permiso o previo aviso. Los jueves y viernes son los días de mayor afluencia. Unos carteles y un post en las redes sociales y la convocatoria es un éxito seguro. El primer botellón que abre la temporada suele ser en Carnaval y con la llegada de la primavera se celebra “San Cemento”, que es el patrón de la Escuela de Arquitectura Técnica de la UPM. Cada facultad o escuela celebra su patrón, sin embargo San Cemento es conocido como una de las mejores fiestas universitarias. Podría pasar a la historia como el patrón de la macrofiestas celebrada por muchos y muy temida por otros.
El principal problema es la cantidad de residuos que deja esta fiesta, más 240 m3 este año. Son cantidades enormes de vasos y bolsas de plástico, chapas y tapones, botellas de vidrio… incluso ropa! Nada de esto puede ser reciclado si no es separado en su origen. Los jardineros, que recogen estos restos, no dejan de sorprenderse de todas las cosas que encuentran durante la jornada, que se pierden o simplemente se abandonan en estas fiestas.
Pero no todo son residuos visibles, los residuos líquidos también suponen un problema gravísimo para los jardines. Las zonas verdes deben regarse sólo con agua, todos los demás líquidos son muy perjudiciales para ellas, por lo que después de una noche de fiesta, los jardineros encuentran muchas de ellas en muy mal estado o muertas y con olores muy desagradables que soportan las personas que trabajan en los alrededores.
Además de los residuos, hay que considerar el impacto ambiental provocado por un uso indebido de los espacios, que se causa en el patrimonio verde y cultural de los Campus. Los daños en arbolado y arbustos son frecuentes, tanto por rotura de ramas e incluso arranque de ejemplares jóvenes, o por vertido de alcohol en alcorques de riego. Las praderas naturales propias de este campus, resistentes a sequías y al pisoteo, quedan totalmente esquilmadas y el mobiliario urbano destrozado.
La Universidad ha intentado concienciar a los asistentes a estas fiestas de que hay que recoger los residuos que han generado. En San Cemento 2016 se pidió ayuda a los Ecocompis, que fueron recorriendo los grupos de chavales repartiendo bolsas y recordándoles que tenían que recoger sus residuos.
Si quieres ver en primera persona el efecto de San Cemento visita la experiencia en realidad virtual que hemos realizado:
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